viernes, 25 de junio de 2010

Partido con la Selección Española


En la batalla de Pretoria, la capital administrativa de Suráfrica, no hay término medio ni vuelta atrás para España. Colocada en una situación crítica por su inesperada derrota inicial ante Suiza, la selección de Del Bosque se juega ante Chile en 90 minutos algo más que pasar a octavos, lo retransmitirá Telecinco hoy a las 20.30 h (GMT+1).
En Pretoria, a unos 50 kilómetros al norte de Johannesburgo, se pone en juego, tal vez, el futuro de una generación triunfal, que holló la cima hace dos años con la conquista de la Eurocopa. Esa misma selección que se ve ahora con la soga apretando dolorosamente su cuello, obligada a ganar en el Lotus Versfled, un estadio más digno del rugby que del fútbol. El escenario, por muy mal que esté la hierba, que lo está, no importa. A España, enrededada en ese chasco en el debut de Durban, se le acabó el margen de error.
Si España gana es dueña de su destino, pudiendo acabar primera de grupo --era lo
Chile es el enemigo. Más bien Marcelo Bielsa. No se entiende Chile sin Bielsa, un entrenador cuya filosofía ha sacudido las estructuras emocionales de ese país, de 17 millones de habitantes, erigido en el símbolo de la ilusión. Hace casi prácticamente medio siglo, desde 1962, cuando La Roja --así la llaman también los chilenos-- acabó tercera en el Mundial que organizó, en que el país no se sentía tan orgulloso de un grupo de jugadores, algunos procedentes de estratos sociales muy pobres, que los representan con tanto honor. Y no se sentía tan feliz con un entrenador, argentino él, que ha transformado un anónimo equipo en una selección respetadísima. ¿Miedo a Chile? Tal vez sería excesivo, pero España tiene un respeto reverencial a la fastuosa obra levantada por Bielsa en apenas dos años.

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